jueves, 25 de marzo de 2010

ÁGORA

Hay varias críticas a esta película, como por ejemplo:

Ágora, ideología que denuncia el fanatismo para recaer en él. Escrit per: PEIO SÁNCHEZ

La película de Amenábar es una película mediocre. Ni la publicidad, ni de los apoyos económicos gubernamentales maquillan una interesante oportunidad malograda. Una inversión muy respetable, una puesta en escena espectacular, la pericia del director en las escenas de acción y una actuación sobresaliente de Rachel Weisz no salvan una película que se hace excesiva en las palabras, el guión es más ideológico que cinematográfico, muy limitada en la interpretación masculina donde elecciones como la invisibilidad del paso del tiempo en los bellos y jóvenes actores recuerda más el peor peplum que a las exigencias de verosimilitud dramática del cine contemporáneo.
En un primer plano, la película es una exaltación de la razón, la libertad y la tolerancia representada en la figura de Hipatia. Esta filósofa y astrónoma fue asesinada, ya anciana, en Alejandría en el 415. En el contexto de las luchas de poder entre el paganismo y el cristianismo, que se convierte en una fuerza política en la decadencia del imperio, la pensadora fue víctima inocente del fanatismo de grupos cristianos radicalizados por intereses políticos. El director ha querido presentarnos a esta nueva Antígona como heroína y modelo contemporáneo que encarna la búsqueda de la verdad, el sentido de la democracia pluralista, la integridad y la tolerancia hasta el perdón.
En un segundo plano, Ágora es una crítica directa al cristianismo pero en el fondo a toda experiencia religiosa. La tesis, a la que de forma didáctista sirve la película, es que la experiencia religiosa sea politeísta, judía o cristiana siempre desemboca en el derramamiento de sangre. Que la creencia en Dios o dioses termina aniquilando a los seres humanos que acaban matando en su nombre. Y así lo que podía, y debía en rigor histórico, haberse convertido en una critica necesaria del fundamentalismo termina en un cuestionamiento último de lo religioso como dimensión del ser humano que se encuentra con Dios. Para el director a lo más nos queda un cielo estrellado al que miramos con perplejidad construyendo formas elípticas al viento. Lo que ya es algo, por lo menos Misterio.
En un tercer plano, la película muestra la deriva ideológica de un planteamiento con amplias aspiraciones filosófica pero con formato vacio y contenidos simplistas. La conexión entre el fondo y la forma muestra la madurez de una artista en el dominio de su medio expresivo. En ese caso las limitación cinematográfica demuestra la pobreza expresiva de una obra donde los diálogos se hacen inverosímiles porque la fuerza dramática ha abandonado la escena. Qué lejos de los grandes directores como Bergman o Dreyer que pueden decir en las formas, el fondo que se trasparenta en una mirada. La intención ideológica ha derrotado al artista que va declinando cuando sustituye la dramática existencial por la intención política. Todavía en Mar adentro (2004) la expresión dramática sobrevivía a la simplificación manipulativa. Ahora definitivamente Amenábar vende humo. Con Ágora podrán ganar dinero pero no podrán convencer, ni al crítico ni al público.
Nos encontramos, pues, ante una obra cinematográfica que puede ser síntoma-paradigma del cortocircuito cultural que afecta a la cinematografía y probablemente a la cultura oficial de nuestros lares. Que para nada son transferibles a la cultura europea ni mundial. La imprescindible y urgente crítica del fanatismo, en este caso religioso, se inclina hacia una exaltación de lo laico que parte de un reduccionismo antropológico que cercena la dimensión espiritual del ser humano. Lo cierto es que tenemos un serio problema de medida y de diálogo. Y desde el punto de vista cinematográfico necesitamos urgentemente interlocutores.



Hipatia. Comentario en sehacesaber.org

Hipatia
La película ‘Ágora’ de Alejandro Amenabar ha colocado ante el gran público a una de las figuras femeninas más famosas del bajo Imperio romano, Hipatia de Alejandría. Famosa y trágica, pues no sólo fue una gran matemática y astrónoma, sino que fue vilmente asesinada.
¿Cuál fue la causa de su asesinato? ¿Es verdad, como ya proponía Voltaire, que fue asesinada por cristianos por su condición de pagana?¿fue una mártir de la ciencia y la razón frente al oscurantismo cristiano que se cernía sobre el Imperio?No. La verdad histórica es distinta. La podemos presentar en dos afirmaciones.1.- La muerte de Hipatia no está conectada con las luchas religiosas de Alejandría
El cierre del más famoso templo pagano de la ciudad, el dedicado a Serapis, se produjo en medio de una lucha de guerrillas urbanas en la que tanto cristianos como paganos asesinaron con saña. De hecho, nos consta que paganos gustaban de crucificar a los cristianos que tomaban prisioneros, includido Gesio, un retórico cristiano, eso sí no tan famoso como Hipatia. Los cabecillas paganos de esta lucha (Olimpio, Amonio y Heladio) huyeron de Alejandría y no fueron nunca detenidos.
¿Cuál fue el papel de Hipatia en estos distrubios religiosos? Ninguno. Se mantuvo, según la fuentes, totalmente al margen. Ella tenía entre sus discípulos a cristianos y paganos por igual, y su propuesta de enseñanza, centrada en élites intelectuales, no estaba asociada con los antiguos dioses. Ella siguió con toda normalidad con su enseñanza antes y después de la clausura del templo de Serapis.2.- La causa de su muerte es un conflicto político
Sócrates Escolástico, uno de los historiadores más importantes sobre esta época, nos aclara las causas de la muerte. El obispo que encabeza la lucha religiosa fue Teófilo, quien nunca molesta a Hipatia. A la muerte de Téofilo, el cristianismo alejandrino se divive entre dos candidatos a la sucesión: los partidarios de Timoteo, estrecho colaborador de Teófilo, apoyado por el gobernador civil; y los partidarios de Cirilo, sobrino del obispo.

Al final, como es sabido, se impone Cirilo. Sin embargo, la divisón intracristiana persiste y los conflictos estallarán muy pronto. Una alboroto de la comunidad judía de Alejandría, muy antigua e importante en la ciudad, muestra la división cristiana: Cirilo persgigue y expulsa a los judíos de la ciudad. Orestes, el gobernador, cristiano y representante del poder de un emperador cristiano, se opone a la medida y manda detener a un agente de Cirilo, protagonista en el conflicto judío.
Este desencuentro es la chispa de una pugna por el poder. Si el obispo Teófilo nunca traspasó los límites entre poder civil y religioso, Cirilo sí quiere controlar más espacios políticos, restringiendo el papel del gobierno civil. Este deseo hace que se articule un grupo de oposición al obispo en torno a Orestes. En este grupo sí estará Hipatia, que, ya mayor, probablemente en torno a los setenta años, esta vez toma partido en las disputas alejandrinas.
Los partidarios de Cirilo, entre ellos monjes traídos del desierto, atentarán incluso contra la vida Orestes. En este contexto, los partidarios del obispo usarán un instrumento muy conocido en la ciudad: el asesinato político con fines intimidatorios.
Un día de marzo, un grupo de salvajes, encabezados por Pedro, no sabemos si un clérigo o un magistrado, asaltan a Hipatia, la arrastran hasta un iglesia y la matan y despedazan, para luego quemar los restos. Como decía el historiador Sócrates, cristiano,’este asunto trajo el oprobio, no sólo sobre Cirilo, sino sobre toda la Iglesia de Alejandría, porque nada hay más lejos del espíritu cristiano que permitir masacres, luchas y hechos de este tipo’.
Hipatia fue mártir de las contiendas internas de un Imperio cristiano en el que las atribuciones del poder civil y religioso distaban de estar claras.



Ágora: Hipatia. Artículo de análisis crítico, por JESÚS TRILLO FIGUEROA

/.../ Hipatia nunca fue directora de la Biblioteca de Alejandría, ni ésta fue destruida por los talibanes cristianos. La biblioteca fue incendiada por Julio César, saqueada junto con el resto de la ciudad por Aureliano en el año 273, y rematada por Diocleciano en 297. Es verdad que en el año 391 fue destruido lo que quedaba del templo del Serapeo después de la destrucción por los judíos en tiempos de Trajano, y también el repaso que le pegó Diocleciano, quien, para conmemorar la hazaña, puso allí su gran columna, razón por la cual los cristianos lo destruyeron, ya que él era el símbolo de las persecuciones que sufrieron durante trescientos años. Pero lo que allí quedaba de la biblioteca era tanto como lo que restaba en otros sitios. El paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta que llegaron los árabes. Y el neoplatonismo siguió floreciendo, hasta que lo recuperó el renacimiento cristiano. Por cierto, que yo sepa, su más brillante exponente se llamaba San Agustín, coetáneo de Hipatia. Artículo completo en La Razón.




En mi opinión: los cristianos únicamente critican la película porque en Ágora lo que el director refleja es que los cristianos lo que siempre intentan es destruir cualquier conocimiento, porque cuanto más ignorante es una persona, más creerá en Dios. Un ejemplo es como destruyen los cristianos la biblioteca de Alejandría, sea cierto o no, es lo de menos, todo el mundo sabe que es una película, y que no todo será cierto; o que Hipatia no muriño así.

Conclusiones:
La película puede recibir críticas, porque realmente está basada en echos reales, y desde el punto de visto histórico se plantea de una manera, que luego no todo es cierto, pero para mi,la esencia de la película es que los cristianos desde el principio de los tiempos lo que han intentado ha sido convencernos siempre de algo, y en el momento que la ciencia aparece, es algo negativo, porque entonces la gente intenta saber mas y mas, darle explicación a las cosas, y según los cristianos no hay que buscarle explicación a las cosas, simplemente hay que tener fe y no debería existir la ciencia porque todo es Dios... entonces para ellos es mas fácil decir que Dios es todo, y que no hay que buscar explicaciones a nada, aunque ellos mismos sepan la verdad.

No hay comentarios: